miércoles, 3 de agosto de 2011

Estrella


Podría despertarme justo antes del amanecer para poder preparar un simple equipaje e irme, escapar, sin hacer ruido.
¿Qué tal a la luna? No, demasiado soñada por aquellos amantes y enamorados.
Podría viajar a otro planeta, pero no. Pronto me llegarían visitas de científicos curiosos que necesitan saber de otros mundos sin aún conocer el suyo propio.
¿A otra galaxia? Tampoco, correría el riesgo de encontrarme con otros mundos dotados de vida.
¿Qué tal una estrella? Mejor aún, ¿y si yo fuera una estrella? Podría descomponerme en polvo y encontrar unos gases cómodos para formar mi resplandeciente hogar.
Estaría allí en el cielo, y tendría brillo propio... Además habría tantas estrellas que nadie vendría a molestarme. Estaría sola... pero ¿no se dice que cada persona vive en su propio mundo? Pues si pudiera, si fuera posible, yo me iría a mi estrella. Haría la misma labor que hago en la Tierra, observar, pero con la ventaja de estar a años luz de todos los sentimientos de las personas, sin preocuparme por nada. Si fuera posible... Si fuera posible... No lo haría porque para la única persona que quiero brillar es para ti y hay tantas estrellas en el cielo que tendrías que venir conmigo para poder verme. Hoy por hoy... No lo harías. Así que antes de poder enseñarte el poco brillo que pudiese tener, debo quedarme aquí contigo para convencerte de que vengas conmigo y así gracias a ti, poder brillar más fuerte que nunca por miles y millones de años, para que tu luz y mi luz aumenten a medida que más tiempo pasen uniéndose, hasta explotar y expandirnos por todo el cielo, haciéndolo nuestro.

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