sábado, 15 de septiembre de 2012

Quieras o no, siempre vas a tener esa espina en el corazón. La espina que te recuerda tus sufrimientos, pero también tus alegrías. Y sobretodo, a la persona que te ha provocado ambas cosas, esas y muchas más sensaciones que nunca habías obtenido de nadie más. Esa persona de tu pasado, con la que has reído, has sufrido, has amado. Incluso, has llorado. Estar engañado por esa persona, pensar que te amaba, lo mismo que le amabas tú y darte cuenta que no, nunca conseguirás que esa persona te ame, que te quiera tal vez, pero no te amará. Simplemente, porque desde el primer día, amaba a otra persona, aunque no se quisiera dar cuenta. Y en el fondo, te duele, lloras por ello pero te das cuenta de que no vas a cambiar eso y realmente le deseas lo mejor en su vida, que encuentre a esa persona a la que amar. Solamente por el simple hecho de que no puedes juzgar los actos del que en su momento fue tu pareja y a la que sigues queriendo. Te das cuenta de que no vale la pena odiarle, siempre recordaras los momentos felices a su lado y lo importante que era para ti. Sus detalles, se te quedaran grabados, por pequeños que sean. Y acabaras superándolo y reanudaras tus viaje. Y para ello, te deseo suerte. Y no te olvides de que, nunca le hagas a alguien, lo que un día te hicieron a ti.

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