sábado, 5 de mayo de 2012

- Dicen que en la vida todo pasa por una razón. Pero a veces somos nosotros quienes tenemos que sentarnos y pensar en esa razón, pensar en ese motivo que nos hizo dar la vuelta al mundo y poner todo del revés. Pensar en lo que hicimos mal, e intentar hacer todo lo posible por mejorar. Porque vamos a crecer juntos, vamos a superar barreras, vamos a volar alto, muy alto. Pero recuerda que, cuanto más alto vuelas, más daño hará caer. Por eso necesito que confies, que yo confie tambien, que nos agarremos de la mano y dejemos atrás todo lo demás, que seamos capaces de olvidar todo y solo pensar en tí, en mí... en nosotros. Que lo demás no importa si estás aquí, cuidándome como hacías antes. Yo no lo olvido, y no lo voy a hacer. Porque eres diferente, y lo supe desde el primer día cuando, así sin más, me fui contigo. Supe que eras diferente por tu forma de sonreirme, por tus defectos, tus virtudes y tu todo, por estar ahí sujetándome fuerte, por hacerme llorar cuando te ibas. Gracias, solamente por quererme. Porque eso es lo que más aprecio de tí, que me querías de una manera peculiar, pero increiblemente perfecta. Y aunque ahora seas capaz de ponerme más nerviosa que nunca, te quiero, y vamos a luchar aunque cueste lo eterno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario