domingo, 11 de diciembre de 2011

- En esta vida hay cosas que no valoramos tal y como deberían ser valoradas. Hay momentos que deberíamos recordarlos cada segundo de nuestra vida, y en cambio no lo hacemos, porque le restamos importancia por miedo a perder. Tambien hay lugares que olvidamos para poder vivir el presente, pero no nos damos cuenta que el día a día está aquí gracias a eso que hubo anteriormente. Y como no, posiblemente todos habremos menospreciado alguna vez a algún amigo, o le habremos quitado importancia a una simple tarde con él o ella, solo porque sabes que se repetirá.
Pero van pasando las horas, los días, los meses y los años, y aprendes que todo en la vida debe ser valorado, por muy pequeño que sea. Porque cada detalle te hará más grande a tí, y a quien lo dio. Porque cada mano que aparezca para ayudarte a no caer, será bienvenida siempre que sea de un amigo. Porque cada cagada que cometas, los de verdad estarán ahí. No solo para decirte que lo hiciste mal, si no para apoyarte y hacerte ver que cagarla es madurar, que las cosas se aprenden equivocandose, y que todo lo que hoy hagas mal, mañana lo harás mejor.
Por eso quiero daros las gracias hoy, a vosotros, por estar presentes en cada uno de mis errores, por ayudarme a levantarme, pero habiéndome dejado caer antes, tan solo para que aprenda. Gracias tambien por hacerme sentir grande cada vez que pienso que los amigos no son un pañuelo para sonarse los mocos y secarse las lágrimas cuando estás mal, si no que sirven para que nunca te sientas sola ni en la noche más fría del día más oscuro del año. Gracias, por apreciar cada pequeño detalle por mínimo que fuera, por luchar dados de la mano, unidos por una fuerza de seis corazones que fueron capaz de latir al son del segundero de un reloj, fuertes y diespuestos a vivir dados de la mano eternamente. Gracias, por no rendiros cuando las cosas iban mal, cuando las ganas se perdían. Pero sobre todo, gracias por no ser perfectos, por hacerme ver que la perfección no existe, que lo mejor no es siempre lo más bueno, y que todas las personas fallan de vez en cuando, cometen errores pero aprenden. Y es que la vida no está hecha para seres perfectos con poderes sobrenaturales para hacerlo todo bien. La vida fue creada para toda la gente que quiso crecer con el tiempo, que no se quejó de sus errores y tuvo valor para superar las penas, los llantos, las despedidas. La vida es algo que no se mide por las veces que respiras, ni por los buenos momentos, si no por aquellos instantes que te pararon el corazón para acelerártelo un segundo más tarde. Porque cuando van pasando los años y te das cuenta que la vida es efímera, empiezas a dejar de querer hacerte mayor, porque te das cuenta que algún día todo acabará. Pero quiero haceros saber que para cuando llegue ese día, seguiremos dados de la mano, con seis corazones parándose al mismo tiempo, siendo felices por haber compartido tantos años juntos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario